23 feb 2011

Pies

En el mundo hay pies feos. Hay pies sucios. Pies olorosos. Pies con hongos. La gente los oculta, hacemos lo que podemos por evitar que los demás les pongan atención. Usamos pupilentes para disimular otro color de ojos. Fajas y corsets para lucir abdómenes planos. Maquillaje para resaltar los labios. Los pechos y narices se operan en cantidades industriales. Pero nunca he oído de una cirugía estética de pies. Son tal vez la parte del cuerpo que menos tomamos en cuenta y de la que más nos avergonzamos. Estoy convencido que las mujeres ni siquiera se preocupan por su comodidad. ¿Cuántos callos y juanetes crecen por usar zapatods de tacón incómodos? ¿Dedicarán las secretarias mexicanas el mismo tiempo a las uñas de sus pies que a las de sus manos? Los dedos chiquitos de mis dos pies están desarrollando más piel en la parte de abajo que ahora queda pellizcada bajo el dedo de junto. Y eso que mis pies no son feos. El dedo gordo es tres o cuatro veces más grande que el chiquito. En el dorso me salen ocho pelos duros. Y en uno tengo una cicatriz por un ladrillo que me lanzó mi hermano cuando éramos niños. Y aunque no considero que mis pies sean feos, no los presumo tampoco. Muy rara vez estoy descalzo frente a mis amigos. Para la gente que considera feos sus pies debe ser una pesadilla ir a la playa o a una alberca. Sofía dice que sus pies son cuadrados. No sus pies, los dedos de sus pies. Los dibuja mucho, no me refiero a que ponga tinta en su piel, sino a la acción de plasmar la imagen de sus pies en un papel. Y los dedos en los dibujos son cuadrados. Chuecos.

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