30 sept 2010

¿Nos vamos a quejar del recorte al presupuesto cultural?

Para empezar: no es definitivo el recorte, es una propuesta. Sí, las intenciones de despojar presupuesto a la cultura no son optimistas, pero todavía ni se discute el presupuesto, apenas se envió la propuesta. Teniendo eso ya muy claro, pasemos al punto en cuestión.

¿Quién se va a quejar del recorte a cultura?
1.Los "interesados": Con ese recorte no se va a correr a nadie. Pero la gente que obtiene financiamiento para proyectos culturales será menos. Eso significa que el número de jóvenes artistas becados será menor. Significa que los viejos lobos de mar que surcan los mares del dinero público para hacer sus obras que critican el régimen y los cineastas que reciben millones de pesos para una película "bicentenaria" y luego se quejan que "no hay nada que celebrar" tendrán que esforzarse más por llevarse la papa. En general, la gente que más va a reclamar ese recorte será la que lleva años pegada a la teta del estado, mordiéndola para que le dé más.
2.Los "no involucrados": Podría asegurar que en este año, cultísimo lector, no has visto el canal 22 una vez por semana. Que tampoco has visitado uno de los sitios arqueológicos del INAH. Además de la polémica El Infierno ¿qué otra película con apoyo del IMCINE has visto? No, la de Derbez no cuenta. De las óperas del INBA ni hablemos. Las obras de Hector Suárez y Lolita Cortés no son apoyadas por instituciones culturales del Estado, no empieces a enumerarme tampoco todos los Tenorios cómicos que has visto. ¿Te paraste en algún museo este año? ¿Estás seguro que era una institución pública y no privada?

El presupuesto está bien pensado mediáticamente. Los menos afectados son los cineastas, y dado que ellos fueron los más revoltosos en años anteriores me parece una medida para ahorrarse problemas. Cineteca, CCC y Estudios Churubusco tienen incremento, mínimo, pero incremento al fin.

Que la película más cara de la historia de un país sea financiada por el gobierno, y además no le interese al público significa que las cosas se están haciendo mal. El cine es un negocio y si no se piensa como tal siempre va a haber alguien dilapidando dinero en un producto que no llega al público. El gremio cinematográfico necesita empezar a considerar que lo que hace es una industria y está obligada a generar ingresos también. En México hay mucho factores que no la hacen una industria competitiva y es ahí donde tienen que luchar, no por más financiamiento. Pero eso es tema de otro blog más especializado, no este.

Mi punto es claro. Buscar que el gobierno sea siempre el culpable es muy fácil. Hablar mal del gobierno es más fácil aún. Pero no podemos ser hipócritas. ¿Me voy a quejar del presidente si quita presupuesto para museos a los que no voy? ¿Me quejaría igual de Cablevisión si dejara de pasar las series que me gustan y sí hago un esfuerzo por ver? ¿Voy a reclamar a un gobierno que me da menos probabilidades de ganarme una beca artística? ¿No es más gratificante hacer cultura más accesible para la gente y depender de lo que el público quiera pagar? Ya se gasta mucho dinero en cosas que no son accesibles para todos los mexicanos, como para pedir que se dé más dinero todavía a proyectos culturales que sólo serán apreciados por un selecto grupo, o peor aún: en el extranjero.

29 sept 2010

while listening to Annie Lennox the levees broke.