30 sept 2009

en un avión me acuerdo

A mis 18 años una botella de shampoo se rompió dentro de mi maleta. La maleta había ido de la ciudad de México a Nueva Delhi en 36 horas, pasando por cinco ciudades y subiendo a igual número de aviones. Nueve años después, la maleta está rota y en un rincón de mi closet, pero yo hago un recorrido similar al del 2000. México-Chennai en dos vuelos. En aquel entonces yo recién había terminado la preparatoria y me iba a vivir solo. El shampoo sobre mis cosas sería mi primera prueba, aunque no lo pareciera. Recorrimos varias ciudades en ese viaje. La maleta siguió oliendo a shampoo. En Nueva Delhi me acerqué a una religión completamente diferente a lo que estaba acostumbrado. Entrar a las iglesias era para mí un momento cultural, como entrar a un museo. Examinar las columnas y asombrarme con las cúpulas. En Marruecos había entrado a varias mezquitas y había escuchado al muezzin llamar a los fieles desde lo alto de los minaretes. Pero lo que me sucedió en ese blanco templo en Nueva Delhi fue distinto. Habíamos llegado la noche anterior y teníamos el cansancio acumulado de visitar la ciudad todo el día con el jet lag de dos continentes. Harish, el guía, nos llevó a un último lugar antes de ir al hotel. Era un templo blanco, muy distinto al que ya habíamos visitado en la mañana. Este parecía una iglesia. La oscuridad de la noche contrastaba con el blanco brillo que emanaba de las puertas del templo. En esta colina sobre la ciudad el aire refrescaba el cálido suelo. Entramos al templo y había mucha actividad. Gente que rezaba y algunos otros que esperaban a que el calor en el exterior cediera un poco. Harish nos explicó algunas historias de las deidades y luego nos acercó a lo que parecía una capilla. Un hombre vestido de naranja estaba sentado en flor de loto en un escalón. Frente a él, un plato con un polvo rojo. Al acercarnos en fila, el hombre hablaba algo, mientras nos marcaba con su polvo en la frente. No sentí un cambio físico. No me sentía más cerca de esas deidades pintadas en las paredes, eran todavía imágenes exóticas para mí. Pero sí entendí a la gente que caminaba descalza en el templo. Entendí a la señora que levantaba su mano leprosa en los escalones de la entrada. Entendí a los grupos de peregrinos que caminaban al lado de la carretera. Entendí a la niña que yacía muerta al lado del río mientras su madre le lavaba los pies. Entendí que durante dieciocho años no había dado yo significado a mi vida. Que todos ellos daban significado, justificación, fin, principio… a su vida con esas imágenes. Cuando el niño dejara de jugar vería el polvo rojo en la frente de alguien y sentiría miedo. Cuando el chofer del camión tuviera que detenerse para no atropellar a la sagrada vaca en el camino, lo haría por respeto. Por miedo, respeto, festejo, compasión… a la vida.








27 sept 2009

A partir de hoy, soy fan del cricket.

Ya será otro día cuando comente sobre los ingleses y sus reglas. Pero el punto importante es que los británicos ponen reglas e inventan cosas que no tienen lógica. Como ejemplo, la puntuación en el tenis: 15, 30, 40 ? El Cricket es otro deporte que sólo se juega en lo que fueron sus antiguas colonias. Yo personalmente no he puesto mucho interés por conocerlo a fondo. Pero me dicen que puede ser muy divertido (si, ajá). Hace unos minutos me convencí, tengo que enterarme bien de ese deporte, no puede ser que Audrey Hepburn esté jugándolo en la playa y yo esté sentadote viendo videos de Lionel Richie.

Gracias Audrey

25 sept 2009


una vez más puse a Sofía a que saltara en el centro. Aprovechamos el pequeño reflejo de luz que nos daba la torre latino... y que Eje Central estaba cerrado.

24 sept 2009

No empiecen a chin...

Sí, ya tenía uno: www.armatoste.blogspot.com pero algo sucedió entre la tecnología y yo que de pronto alguien más se lo apropió...

Ahora tiene que ser pazuela porque así ha sido por una década, para qué negarlo? Espero que lo aquí publicado no tenga mucho que ver con el posterous, pero no puedo prometerlo, no soy ningún Juanito para andar prometiéndole cosas a la gente.

Empiezo mañana, que ya es tarde.